CRÍTICA: Somewhere
Título original: Somewhere
Año: 2010
Duración: 98 min.
País: Estados Unidos
Director: Sofia Coppola
Guión: Sofia Coppola
Música: Phoenix
Fotografía: Harris Savides
Reparto: Stephen Dorff, Elle Fanning, Chris Pontius, Michelle
Monaghan, Kristina Shannon, Karissa Shannon, Alden Ehrenreich, Lala Sloatman
Productora: Focus Features / Pathé / Medusa Film / Tohokushinsha
/ American Zoetrope
Somewhere narra la vida de un ficticio actor, Jony Marco,
encarnado por Stephen Dorff, más conocido por su papel en Blade. Un personaje
cargado de todos los tópicos de la farándula. Vive de los lujos y los excesos
que su posición le permite. Lejano de lo que pueda parecer, Jony Marco es un
hombre de familia divorciado que cuida de su hija Cleo los fines de semana. El
papel de esta niña correrá a cargo de la jovencísima Ellen Fanning, quién
apareció también en las más popular Super 8. Un día, sin explicación, la madre
desaparecerá dejando a la pequeña a su cargo y jugando un papel importante en el
redescubrimiento del actor.
La película expone un argumento sencillo y con intenciones
moralizadoras. Todo esto bajo un recargado lenguaje audiovisual excesivamente
correcto. Una película moderadamente
tranquila, fiestas silenciosas, stripers a
un ritmo pausado… el escaso uso de música accesoria consigue dar un ambiente
relajado. Es una película con una trama muy recurrente pero jamás contada con
tanto sosiego y tranquilidad. Sin ajetreos ni excesos agobiantes.
La directora de Somewhere,
Sofia Coppola, pretende elaborar una película inteligente y el excesivo
seguimiento de las normas lo convierten en un producto irremediablemente fuera
del alcance de un amplio público. Este seguimiento milimétrico de normas lo
convierte a Somewhere en un objeto
rígido e inmutable. Lo que resulta molesto es la aparición fugaz e innecesario
de estrellas del cine de forma esporádica y sin ninguna función mas que la de
ocupar espacio.
Con una sencillez abusiva que convierte a la película Somewhere en una sucesión de fotogramas
destinadas a quedarse en el olvido. Pocas escenas consiguen quedarse en la
mente del espectador. Un final que tampoco se aleja de este lenguaje
milimetrado.
Si hubiese que recalcar un aspecto en concreto sería la
brillantez de la pequeña Ellen Fanning que además de encandilar con su sonrisa
nos demuestra un inmenso talento ante las cámaras. Con un personaje bastante
simplón consigue un personaje más que convincente
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