9 de enero de 2013

Se prepara para encestar y... falla

CRÍTICA: Fireball

TÍTULO ORIGINAL: Fireball: Muay Thai Dunk
AÑO: 2009
DURACIÓN: 94 min.
PAÍS: Tailandia
DIRECTOR: Thanakorn Pongsuwan
GUIÓN: Thanakorn Pongsuwan, Kiat Sansanandana, Taweewat Wantha, Adirek Wattaleela
MÚSICA: Giant Wave
FOTOGRAFÍA: Teerawat Rujintham, Wardhana Vunchuplou, Suntipong Waiwong
REPARTO: Preeti Barameeanat, Khanutra Chuchuaysuwan, Kumpanat Oungsoongnern, Phutharit Prombandal, 9 Million Sam, Arucha Tosawat
PRODUCTORA: Adamas World / Golden Network Asia.
WEB OFICIAL: http://www.fireballthemovie.com/th/home.php


Lo que podía haber sido una buena película “palomitera” de aventuras y deportes que combinase la excitación de un partido de baloncesto con la espectacularidad de las artes marciales acaba por ser una aburrida sucesión de patadas y puñetazos. La ventaja de la cinemática aprovechada en lo visual pero recargada.

La película comienza con Tai saliendo de la cárcel y descubriendo que su hermano Tan está en coma por culpa de un contrincante contra el que jugó al Fireball. A este ex presidiario no se le ocurre mejor manera de vengarse que juntar a un equipo y participar en este peligroso torneo. Un equipo repleto de caras jóvenes, de cuerpos atléticos, peleones y, sobretodo, pobres. Cada uno con sus problemas se unen para conseguir el jugoso premio en metálico de este torneo barriobajero. Una competición callejera que pondrá al límite a sus participantes y también al espectador. Un partido de baloncesto donde las únicas reglas son: no hay reglas y el primero en meter canasta, se clasifica. 

Fireball (2009)
Un continuo reparto de hostias acompañado sutilmente por un balón
La idea no pedía construir un gran argumento, la película promete deportes y una buena tanda de tortas que cumple. Lo que si le hace falta es, al menos, un intercambio de palabras e insultos que no diese vergüenza oír. Es mejor olvidar el trasfondo dramático y familiar con el que intenta dar sentido a tantas hostias. Poca maldad por parte de los guionistas y un exceso de cadáveres por parte del director, aunque estemos hablando de la misma persona. Resulta increíble que siendo la cuarta película de este director (Thanakorn Pongsuwan) siga sin mostrar grandes dotes para la dirección aunque no le faltan aptitudes para plantear una película puramente comercial. Como director deja mucho que desear. Un claro ejemplo de cómo dejar corretear a su reparto y pasar a recogerlos cuando se termina de grabar. No se puede ver muchas ganas metidas en el proyecto. Patadas, volteretas y gotas de sangre hacen difícil no soltar un largo bostezo. Es innegable que cada partido, independiente una de otra, resulte ser una increíble batalla.

Un reparto novel adecuado para repartir tortas pero desastroso para demostrar cualquier dote interpretativa. Especialistas del país en artes marciales contratados para repartir leña. Una oportunidad que se les presenta para lucir sus habilidades. La única alegría que podría darnos esta película desaparece por culpa de una cámara que abusa de planos muy cerrados y un montaje que no deja disfrutar del siguiente gancho. Eso sí, una fotografía que puede dejar boquiabiertos y unos escenarios o pistas de baloncesto que resultan frenéticos y excitantes.


Aun así, os invitamos a ver el trailer y a que os entre el gusanillo de ver mates acompañado de patadas voladoras.

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