CRÍTICA: Pequeña miss sunshine

Título Original: Little Miss Sunshine

Año: 2006

País EEUU

Director: Jonathan Dayton, Valerie Faris

Guión: Michael Arndt

Música: Mychael Danna, Devotchka

Fotografía: Tim Suhrstedt

Reparto: Steve Carell, Toni Collette, Greg Kinnear, Alan Arkin, Beth Grant, Paul Dano, Abigail Breslin, Bryan Cranston

Productora: Fox Searchlight Pictures / Big Beach

Web Oficial: http://www2.foxsearchlight.com/littlemisssunshine/

Premios

            2006:    2 Oscar: 4 nominaciones
                        2 nominaciones al Globo de Oro
                        2 Premios BAFTA. 6 nominaciones
                        Premios Cesar: Mejor película extranjera
                        4 Premios Independent Spirit

                        Festival de San Sebastián: Premio del Público
                        Asociación de Críticos de Los Angeles: Premio Nueva Generación

Excelente película para todos los públicos. La pequeña road movie nos muestra una historia hacia al degradante concurso de belleza, pero consiguiendo darle a la historia la tonalidad hermosa. Una excelente comedia que consigue sacar más de una carcajada, aunque menos hábil en el aspecto dramático.  Afortunadamente el rincón del drama da un enorme acelerón en los últimos minutos con gran eficacia.  

El argumento, los personajes… son, absolutamente todos, un despliegue caricaturesco. Una familia tan desequilibrada que consigue darle dinamismo a la trama. Un padre obseso, una madre un tanto atrevida, un abuelo verde y de reflexiones divertidísimas,... y el personaje más brillante, la hija, Abigail Breslin, la protagonista de este sarao. Una encantadora niña con el sueño de convertirse en la pequeña miss sunshine.  Por lo general, todos tiene su momento de gloria, y la capacidad de interpretar a estos inadaptados, degradantes… lo consiguen de sobresaliente, siempre teniendo en cuenta que son caricaturas. A excepción del padre que parece rebasar la línea de la caricatura y llegar a la burla.

Cargado de gags divertidos hace la película fácil de ver, pero no contento con ello, consigue convertirla en una historia que quede sellada en la mente como un grato recuerdo. El final consigue alternar lo odioso, patético… alcanzando lo hermoso y emotivo.  Un happy ending de los que se agradece. Además estará dentro de las expectativas del paladar más exigente.

Una película, como muchas, que nos aporta una reflexión sobre la vida muy bello, además de hacer con una metáfora tan extraña como divertida. Si existiese tal categoría, se llevaría el Oscar a la mejor reflexión.

La vida es un puto concurso de belleza...