9 de noviembre de 2012

Día 7: ¡Qué triste es viajar!



Sigue siendo la lluvia una fiel compañera a este festival, y un extraño símil con las películas. Esa compañera que te chafa cualquier viaje a pie, coche o autobús. Y de viajes frustrados va la cosa. Me too y A month in Thailand pretenden iniciar un viaje. Cada uno a su manera y cada una con sus resultados.

Me too (2012)

Un grupo de amigos oyen hablar de un misterioso campanario que ofrece la oportunidad de aquellos que la alcanza de obtener la felicidad. Situada en una área abandonada supone una locura para muchos que se adentran en este Chernobyl particular para alcanzar este éxtasis emocional. Nadie ha vuelto cuando se dirige, pero nadie conoce las causas de por qué.

Este grupo de destrozados en la vida, sin interés ni encanto se embarcan en esta particular y surrealista (que no absurda) aventura. Un asesino, un alcohólico, prostituta y  un inesperado cantante de rock, acompañados de la carga del padre del alcohólico que no hace nada por la película. 


A fin de cuentas se puede vislumbrar un mensaje metafísico, cristiano,  sobre la muerte y la vida terrenal, “sufrir en tierra para alcanzar el paraíso divino”. Interesante como se plantea ese momento mágico del final, pero sí que resulta extremadamente aburrido durante todo el transcurso de la historia. Con algún que otro momento divertido sin poco que recalcar, salvo la aparición de un personaje secundario interpretando al miembro de la Academia de Cine Europeo. Un gag bastante ocurrente si lo vemos dentro de un festival, pero que no sería tan acertado si lo viésemos en una sala comercial. 

Por las interpretaciones, poco que destacar, todos mantienen una línea monótona y exasperante.


                Y después de sufrir tanto en la vida terrenal, cambio de planes para dirigirme a Tailandia… sin éxito.
 A month in thailand (2012)
Ante la idea de comedia, me plantea una segunda sesión de cine para acabar un buen día de festival. ¡Engaño!. Una historia aburrida, sin gracia, sin emoción,… nada. Un chico abandona a su actual chica en Fin de año para encontrarse con su ex, poseerla en esta noche de jolgorio.

El pésimo gusto del diseñador del cartel no se contrarresta con la pocas ganas del resto de la película. Un argumento que pintaba bien pero eso, solo aparentaba. Ni siquiera la presencia del actor protagonista (Ionut Grama) en la sala podría consolar al público ante una trama tan aburrida. Por cierto, que falta de sangre en la pantalla. Uno se plantea si realmente está viendo una comedia. Digan lo que digan, es un drama. Aun así, sigue siendo pobre.

Solo puedo reconocer un poco de calidad en la imagen y en el sonido. Un lenguaje visual acertado, pero no brillante. Un viaje a Tailandia que merece la pena posponer.

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