CRÍTICA: A night too young

TÍTULO ORIGINAL: Prílis mladá noc

AÑO: 2012

DURACIÓN: 65 min.

PAÍS: Republica Checa

DIRECTOR: Olmo Omerzu

GUIÓN: Bruno Hájek, Jakub Felcman, Olmo Omerzu

MÚSICA: Petr Marek

FOTOGRAFÍA: Lukás Milota

REPARTO: Martin Pechlát, Jirí Cerný, Natalie Rehorova, Vojtech Machuta, Jan Vasi, Milan Mikulcík

PRODUCTORA: Coproducción República Checa-Eslovenia; Endorfilm / Ars Media / FAMU

[SEFF'12] Unos niños de apenas doce años se quedan sin poder disfrutar de la fiesta de fin de año. Estos pequeños inocentes sin apenas comprender la realidad se les plantea una nueva oportunidad de fiesta. Unos jóvenes independientes les ofrece una nueva alternativa de gozo. Algo que comienza como una simple inclusión a la realidad oculta a los ojos más inexpertos. Algo que se empieza a ir de las manos pero con una elegancia casi imperceptible.

Es impresionante como con tan poco y en tan poco tiempo se puede conseguir algo tan bonitos y tan cargado de sentimientos. No se caracteriza por ser una peli que se quede grabado en la memoria pero consigue grandes reacciones en el espectador. Pasando desde reacciones tiernas hasta la repulsión.

Como si de una película conceptual se tratase en ocasiones pasa en otras por una película sencilla. Una nochecita “post-findeaño” en la que unos niños de escasa edad descubrirán las sustancias y las experiencias adultas. La oscuridad va cogiendo claridad en una clase donde todo son nuevas y desconocidas experiencias.

Ni fotografías ni actores ni música… nada sobresale por encima ni destaca. Lo más importantes es que el guión cumpla con su objetivo con elegancia. Ser un conjunto de impresiones.