Meteoritos que enamoran

CRÍTICA: Buscando un amigo para el fin del mundo

TÍTULO ORIGINAL: Seeking a Friend for the End of the World

AÑO: 2012

DURACIÓN: 101 min.

PAÍS: EEUU

DIRECTOR: Lorene Scafaria

GUIÓN: Lorene Scafaria

MÚSICA: Jonathan Sadoff, Rob Simonsen

FOTOGRAFÍA: Tim Orr

REPARTO: Keira Knightley, Steve Carell, Adam Brody, William Petersen, Rob Corddry, Derek Luke, Patton Oswalt, Gillian Jacobs, Natalie Gal, Connie Britton, Melanie Lynskey, Martin Sheen

PRODUCTORA: Anonymous Content / Indian Paintbrush / Mandate Pictures

Una película que mezcla una trama entre lo usual y con pinceladas de excepcionalidad. Una sociedad sucumbida por el caos por la noticia del fin del mundo. Los suicidios se convierten en un acto más en las calles. Aunque por esta definición parezca un profundo drama psicológico, para nada. ¡En esta película sale Steve Carrell! y acompañada de una encantadora Keira Knightley haciendo de chica alegre que da una sonrisa a tanto desastre. La optimista de la cinta. Juntos hacen una pareja encantadora y unas escenas geniales.

Un momento más que idóneo para hacer una película sobre el fin del mundo. Pocos se la han jugado a hacer comedia con los meteoritos que acechan en el cielo dando vía libre al fin del mundo. No se esmeraron demasiado en el guión y acaba siendo bastante aburrida. Con pocas ocasiones para el chiste y cuando llega ese momento, completamente desaprovechado. Pocas situaciones ingeniosas que no se han sabido controlar. Una dirección con mucha desgana.

Una elegante y pausada aventura de huida y de recuperar recuerdas y de arriesgarse a hacer lo que vivos no nos permite. Evasión del miedo. Aunque con una sonrisa, realmente nos plasma un momento crítico en el que el ser humano vuelve a ser un conjunto de impulsos y deja de ser una persona cabezona y que solo piensa en razonar. Una idea bonita. El unirlo a un par de chistes es para no destrozar al público y dejarlo arrinconada llorando. Lo malo es que no consigue arrancar en el espectador los impulsos que tratan de trasmitir.

Lo mejor es el final. El único “End of the world” donde solo se oye que ocurrirá y deja un espacio a la abandonada imaginación. Felicidad al ver que en esta película no apareen meteoritos. Con una imagen y unos diálogos que dejan los pelos de punta. Elegancia y tristeza a un ritmo frenético y que se lleva consigo toda la película y, de alguna manera encogerla a unos segundos. Son los últimos minutos los que quedan a fuego y dan sabor a la película.